Guisantes guisados con sepia
- vbclinicadental
- 15 ene
- 2 Min. de lectura
¿Sabías que los guisantes pertenecen a la familia de las leguminosas? Los guisantes, pese a su aspecto y color, son legumbres, aunque con un menor aporte calórico que otras de su familia, como las lentejas o los garbanzos. Además, contienen una elevada concentración de vitaminas, enzimas y antioxidantes, por lo que son una buenísima opción en vuestros menús semanales.
Los guisantes son super versátiles, puedes utilizarlos en prácticamente todas las recetas, desde guisos de carne o pescado, ensaladas, cremas... Aunque su momento óptimo es en primavera, los tenemos disponibles todo el año en la sección de congelados de cualquier supermercado.
En casa solemos comerlos una vez en semana como plato principal, guisados, y acompañados de huevo duro. Ya os enseñé la receta de guisantes a la catalana, o los guisados con jamón y setas. Hoy os propongo unos guisantes con sabor marinero, guisantes guisados con sepia. En casa han triunfado, incluso con el más pequeño, por lo que os animo a prepararlos, y así poder disfrutar en familia de una comida sana, completa y deliciosa.

Ingredientes (4 personas):
600 g Guisantes congelados
1 cebolla roja
1 diente de ajo
1 sepia grande
1 tomate
Un vaso de fino (o vino blanco)
2 hojas de laurel
Sal y pimienta
Huevos de codorniz (o huevos normales)
Elaboración:
Cortar la cebolla y el ajo en trozos muy menudos, y pochar en aceite de oliva virgen, a fuego suave. Salpimentar.
Cuando la cebolla esté bien pochada, añadir la sepia cortada en trozos, y dorar a fuego más fuerte.
Añadir el vino y dejar evaporar el alcohol un par de minutos. Incorporar el tomate triturado y dos hojas de laurel. Dejar cocinar el sofrito unos 10 minutos.
Añadir los guisantes congelados, y añadir agua hasta casi cubrir los guisantes. Tapar y dejar cocinar unos 40 minutos. Ir comprobando el punto de los guisantes, y en cuanto empiecen a estar tiernos, destapar, subir el fuego y así el agua se evapora más rápido.
Servir acompañados de huevo duro, o en este caso, huevitos de codorniz. Es un plato ideal para preparar con antelación, e incluso para llevar a la oficina al día siguiente. También los puedes congelar.
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